Poner y mantener límites saludables con tu hijo adolescente probablemente sea uno de los más grandes retos a los que te encuentras todos los días. Cuándo decir sí y cuándo decir no puede sonar fácil, pero resultar ser muy difícil.
Aquí van 4 puntos a considerar la siguiente vez que tengas una conversación con tu hijo adolescente a cerca de tus expectativas y sus comportamientos.
-
Cariño, estoy de tu lado
Poner limites con tu hijo puede que cause conflicto y en un inicio cree una separación entre ustedes. Por eso, es importante siempre empezar con amor y cariño. Tu hijo debe saber que, aunque algunas veces le quieras jalar el cabello, al final estas de su lado y lo que haces es porque te importa.
Si dejas de expresar tus sentimientos y tus intenciones, los limites pueden sonar como que le estás tratando de hacer la vida imposible y que en realidad no te importa lo que a él le importa.
El cariño ayuda a que tu adolescente se de cuenta de que su comportamiento es el problema, no tener un papá o mamá fuera de control y enojado con la vida.
-
Verdad, tengo reglas y expectativas
Las reglas y las expectativas son parte de la vida, aunque algunos adultos pretendan que no es cierto. Desde limites de velocidad, impuestos, hasta reglas que no hablamos, como en las amistades.
Hay padres que les dan a sus hijos amor si límites. Pero estos niños regularmente tienen más poder y control en la familia que sus padres, y esto no los prepara muy bien para la vida.
Entre más maduro sea tu hijo, más específico debes ser. Es común enojarnos cuando nuestros hijos no cumplen nuestras expectativas, pero puede que necesites pasar un poco más de tiempo explicando y modelando con el ejemplo como seguir las reglas de la familia.
Le estás enseñando a tu hijo que la estructura y responsabilidad son normales y esperadas en la vida.
-
Libertad, puedes escoger entre respetar o rechazar las reglas
Esto puede que te ponga un poco incómodo. Tu hijo ya no es un niño pequeño al que puedes fácilmente reprender físicamente. Es imposible que en esta esta etapa de la vida consigas algo que se asemeje al control absoluto. De hecho, es poco lo que de verdad puedes obligar a tu hijo a hacer.
Esto es algo que debes aceptar y reconocer junto con tu hijo. Podrías decir algo como esto: “Se que entiendes mis expectativas y que te das cuenta que tienes que tienes que elegir. Puedes elegir respetar o rechazar mis reglas y se que no puedo hacerte que elijas lo correcto”.
Siempre que caigas en la trampa del “tienes que”, “debes de”, salte corriendo. Las peleas de poder con tu hijo normalmente son situaciones en las que los dos van a perder.
Los adolescentes normalmente respetan a los adultos que les hablan con la verdad y no los tratan de controlar. Al final, en esta etapa deben encontrar su propia identidad y autonomía para crecer como adultos sanos. Si eres consistente, justo y honesto, tu hijo probablemente no va a tener mucho de qué pelear.
-
Realidad, esto es lo que va a pasar
La clave es ayudarle a tu hijo a entender las consecuencias de sus acciones, y eso aplica desde las reglas en casa, hasta las grandes lecciones de vida.
ES importante reconocer que el cerebro de los adolescentes aún está desarrollando las capacidades de juicio, el control de impulso y comenzando a entender entre lo que está correcto/incorrecto. Tu hijo es una obra en proceso 🙂
Pasa suficiente tiempo con tu hijo para ayudarle a ver claramente las causas-efecto de sus acciones, preferiblemente cuando los dos estén en su zona zen.
Deja en claro cuales son tus consecuencias, e imagina con tu hijo las posibles consecuencias. Y lo más importante, cumple las consecuencias y castigos. No es suficiente con saberlo, debe experimentar consecuencias para saber que hacer cuando se equivoque.
La próxima vez que hables acerca de límites con tu hija o hijo adolescente, asegúrate de decirle:
- Te amo, y estoy de tu lado.
- Tengo reglas y expectativas de tu comportamiento.
- Puedes elegir respetar o rechazar estas reglas.
- Y esto es lo que va a pasar si lo haces.